La Crisis del Ido
En 1901 se fundó en París, la “Delegación para la adopción de una lengua auxiliar internacional”. Ella elegiría entre varios proyectos de lenguas internacionales planificadas y propondría su uso al público mundial. Seis años después 310 organizaciones y 1250 intelectuales simpatizaban con la idea ( aunque no colaboraban con ell ). El motor de este comité era el francés Louis Couturat, quien tuvo contactos con Zamenhof.
En octubre se reunió el “Comité de la Delegación”, con doce miembtos, que se ocupariían de los diversos proyectos para elegir uno de entre ellos. Finalmente parte del Comité ( más de la mitad de los miembros no estuvieron físicamente) decidieron adoptar el Esperanto con algunos cambios, que proponía un autor desconocido autodenominado “Ido”. El Comité se desolvió, el Comité Lingüístico de Esperanto rechazó el proyecto “Ido”. Solo relativamente pocos esperantistas se cambiaron al nuevo proyecto de idioma semiplanificado llamado “ido”, pero no obstante fue suficiente para hacer del “ido” el segundo más exitoso proyecto en la historia.
Un rol aparte jugó Louis De Beaufront. Desde los años 1890 él era una persona destacada en el movimiento esperantista francés. De Beaufront ( cuyo nombre verdadero era Louis Chevreux) editó libros para aprender el idioma, hizo propaganda ( él tiene la culpa de la estrella verde) y conquistó a simpatizantes entre los intelectuales eminentes para el Esperanto. Pero también el culto al Maestro y el uso de la “idea interna” para hacerse importante en el movimiento, pertenecen a este período. .
Después de 1900 otros franceses tomaron posiciones de importancia. De Beaufront se sintió injustamente tratado. Ya en 1905 él tenía contactos secretos con Louis Couturat. Courturat creía que los esperantistas aceptarían los cambios propuestos por él, si un esperantista reconocido los apoyara. Así el proyecto de reforma se creo fundamentalmente de la colaboración de Couturat y De Beaufront. El folleto “ido” presentado ante el Comité es de autoría de De Beaufront. Hubo una gran consternación entre los esperantistas, cuando De Beaufront apoya al “ido” ante la Comisión. A causa de un error de Couturat, De Beaufront debió en mayo de 1908 reconocer que era él el desconocido “ido”. Couturat envió cartas a De Beaufront y a Jespersen, pero confundió los sobres. Jespersen, recibiendo la carta para De Beaufront, descubrió el complot y obligó a sus propios colegas confesar que De Beaufront era “Ido”.